.jpg)
Esperé tres horas ante Dios, quebrantado por la tristeza, hasta que percibí la
magnanimidad de su amor para perdonar, y recibí de Dios un nuevo bautismo
del Espíritu Santo. Cuando el sol se estaba ocultando, volví al camino, encontré
mi caballo, monté en él y me fui a la cita.
Al siguiente día predique con un poder
tan nuevo a un vasto concurso de personas reunidas a un lado de una colina,
que se inició un avivamiento que se extendió por todo Gales.”
Publicar un comentario
Agradecer no te quitara mas de 1 min.. pero nos da ánimos para seguir con el trabajo en el blog GRACIAS!!